Por: Yahaira Ochoa Ortiz | Integrante de México SaludHable.

La primera vez que se habló de lactancia materna en una Asamblea Mundial de la Salud fue en 1974, debido a la disminución de ésta en varios países, causada entre otras cosas, por el éxito que generó el uso de fórmulas.  Desde los 70 hasta nuestros días a nivel nacional e internacional se ha insistido en la necesidad de que los gobiernos promuevan, protejan y apoyen la lactancia materna, ya que están comprobados científicamente los beneficios a la salud que trae la lactancia materna para las madres y sus hijos(as).

En días recientes según un artículo de The New York Times[1], se esperaba que como todos los años se aprobara en la Asamblea Mundial de Salud una resolución a favor de la lactancia materna, sin embargo, salieron a relucir los intereses económicos y políticos, sobreponiendo el derecho a la salud de las madres y sus hijos(as) por encima de los intereses de empresas trasnacionales, como lo son las de formulas y sucedáneos de leche materna.

En la nota del diario se describe como Estados Unidos amenazó a Ecuador con quitar apoyo militar si votaba a favor de la resolución que promovía, protegía y apoyaba la lactancia materna,

ante lo cual, el gobierno ecuatoriano cedió, al menos doce países de África y Latinoamérica decidieron deslindarse de la situación, por miedo a la reacción de Estados Unidos. En este caso la industria de fórmulas no triunfó porque Rusia intervino a favor de la lactancia materna, sin embargo, no lo hizo por proteger el derecho a la salud, lo hizo por intereses políticos y económicos en contra de Estados Unidos.

[1] The New York Times, Estados Unidos intentó frenar la promoción de la lactancia materna para favorecer a empresas consultar en https://nyti.ms/2NLe6U2

Toda esta historia pareciera sacada de una película de acción, en donde hay un final feliz, sin embargo, la historia aún no termina porque no es la primera ni la última vez que se pone en riesgo a la lactancia materna y que la salud pública depende de decisiones políticas y económicas.

No fue casual que un país como Rusia, el cual no se caracteriza por la protección a los derechos humanos votara a favor de la lactancia materna, por otro lado, la nota no menciona quienes fueron los países de África y Latinoamérica que se deslindaron de la situación, México también es parte de la Asamblea Mundial de Salud ¿Cuál sería su posición en una situación de este tipo?

El presidente de Estados Unidos, Trump dejó clara su posición en twitter al mencionar “Los EE. UU. apoyan firmemente la lactancia materna, pero no creemos que a las mujeres se les deba negar el acceso a la fórmula. Muchas mujeres necesitan esta opción debido a la desnutrición y la pobreza”. Lo que dice el presidente Trump sobre el acceso a las fórmulas es falso, ya que, tan no se les ha negado el acceso a las mujeres que sigue disminuyendo la lactancia materna en varios países del mundo y aumentando el uso de fórmulas, además de que, a diferencia de éstas, la leche materna beneficia la salud de la infancia y sus madres, incluyendo la economía de las familias.

La guerra contra la lactancia materna evidencia la fuerza que tienen las industrias para vulnerar los derechos de las personas, no es la primera vez que ocurre,

otras industrias como la del tabaco, la de bebidas azucaradas o la de alimentos también intervienen para violar el derecho a la salud. Esta vez fue Rusia que por intereses económicos y políticos intervino a nivel internacional a favor de la lactancia materna ¿Quién interviene a nivel nacional en cada país? En el caso de México la cuestión sería ¿Quién defiende a la lactancia materna de la industria de fórmulas? Pareciera que nadie, porque según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 el porcentaje de lactancia materna exclusiva en menores de 6 meses, como lo recomienda la OMS, bajó entre 2006 y 2012 de 22.3% a 14.5%, en 6 años disminuyó casi 8%. Al parecer en México no se ha promovido, protegido y apoyado adecuadamente la lactancia materna, lo cual viola el derecho a la salud, al parecer en México se privilegian los intereses económicos y políticos sin importar poner en riesgo la salud de las mujeres y sus hijos(as). En México sigue ganando la industria de fórmulas y perdiendo el derecho a la salud.