Por: Ana Larrañaga

Imagen 1: Tweet de @reginatames, Directora de GIRE, señalando la ausencia de mujeres en el panel.

La Semana Mundial de la Lactancia Materna se celebra cada año con el objetivo de hacer un llamado a los gobiernos para continuar esfuerzos para fortalecer las medidas dirigidas a proteger, promover y apoyar el derecho de las madres a dar lactancia materna, y de los niños y las niñas a recibir el comienzo más sano en la vida y gozar del más alto nivel de salud posible.

Por sus propiedades nutrimentales, sus efectos emocionales e incluso ambientales, la Lactancia Materna ha sido reconocida como el alimento ideal. En los bebés previene enfermedades infecciosas, fortalece el sistema inmune, reduce el riesgo de padecer diferentes tipos de diabetes, dislipidemias y obesidad, estimula la maduración del sistema digestivo y el crecimiento de la microbiota intestinal, disminuyendo así enfermedades gástricas y diarreas, proporciona la cantidad adecuada de agua, proteínas, células vivas, calorías y ácidos grasos que permiten maximizar el desarrollo cerebral. Existen estudios que han estimado que los niños alimentados con leche materna tienen un coeficiente intelectual más elevado en comparación con aquellos bebés alimentados con fórmulas artificiales. Las madres también encuentran grandes beneficios por este tipo de alimentación natural y práctica; uno de los principales es su gratuidad, que a la larga se traduce en ahorros familiares, pero también se ha probado que reduce el riesgo de cáncer de mama y endometrio, es un factor importante para que las mujeres regresen con mayor facilidad a su peso previo al embarazo, e incluso disminuyan su riesgo de depresión post parto.

Todos estos beneficios han sido probados por una abrumadora cantidad de investigaciones científicas, que no sólo resaltan las bondades de la lactancia, sino que también alertan sobre los riesgos que implica la alimentación con fórmulas artificiales.

Pese a esto, en México las cifras de lactancia materna en niños y niñas hasta los 6 meses, el tiempo mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud, no superan el 14%. Cifras tan bajas de lactancia deberían ser un motivo de preocupación para nuestros gobiernos y en particular, nuestras autoridades de salud.

¿Y qué están haciendo nuestras autoridades para promover y proteger la lactancia materna?

En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2018 y en medio de una de las peores crisis por sobrepeso, obesidad y enfermedades no transmisibles (que pueden ser prevenidas por esta práctica), se realizó el foro “Uniendo esfuerzos por la Lactancia Materna” con la participación de la Secretaría de Salud. Este evento levantó una gran polémica al circular en redes sociales una fotografía de una mesa llena de hombres (así es, únicamente hombres hablando de lactancia…)

Y no es para menos. Cuando se excluye a las mujeres de los espacios de discusión sobre temas de interés público, se invisibiliza la visión y necesidades de un grupo poblacional, históricamente suprimido. Pero cuando el tema a discutir implica de manera implícita al cuerpo de las mujeres, su salud, sus decisiones y su necesidad de apoyo integral e información clara, resulta aún más indignante su omisión.

(Y no, no está mal que un grupo de hombres hable de lactancia. Al tratarse de un tema que impacta en la salud poblacional, se convierte en un tema de vital importancia que debería estar en boca de todos y todas. Lo incorrecto es monopolizar el tema y presentarlo con una visión claramente sesgada).

Dicho esto, hay una segunda cuestión que debería preocuparnos: ¿Quiénes son los integrantes de esta mesa?, Quienes defendían su participación en las redes sociales se referían a ellos como “expertos en lactancia, pero ¿realmente lo eran?

En el panel se encontraban representantes de la Secretaría de Salud y la COFEPRIS (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios), al igual que representantes de CANILEC y ANAFAM. La primera, (Cámara Nacional de Industriales de la Leche) representa a marcas de fórmulas lácteas artificiales como Wyeth, Bayer (con las fórmulas Novalac y Novamil), Coca Cola, Sanfer (con Blemil), Nestlé (con la extensa gama de presentaciones de NIDO), mientras que la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (ANAFAM), tiene como asociados a marcas como Abbot (con Similac).

Imagen 2: Captura de pantalla. Miembros de CANILEC incluyen a las principales marcas de fórmulas artificiales.

Basta con una sencilla búsqueda de estos actores para darse cuenta de una cosa; estos hombres son expertos en la comercialización de sustitutos de la leche materna. Son expertos en publicitar sus productos a las madres, en posicionarse como una necesidad, en dar regalos, promociones de 2 x 1, aparecer en todas las revistas y sitios web de maternidad, en visitar los consultorios pediátricos otorgando regalos a los médicos, expertos en engañar a las familias haciéndoles creer que un sustituto estéril en polvo, puede igualar e incluso superar los beneficios de una secreción viva y en constante evolución como la leche materna. Estas no son declaraciones basadas en creencias. Existen estudios en México que lo comprueban. El ejemplo más claro es una publicación realizada por el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (“Estudio para Estimar la Prevalencia de Violaciones al Código Internacional de los Sucedáneos de la Leche Materna en dos entidades federativas de Estados Unidos Mexicanos”). Los resultados son desalentadores:

  • Más del 10% de las mujeres encuestadas, reportaron haber recibido una muestra de sucedáneos
  • 8,5% haber recibido algún regalo sobre productos lácteos o biberones
  • En el 52% de los establecimientos de salud visitados, se encontró publicidad de productos infantiles, en su mayoría en forma de carteles
  • Más del 80% del total de participantes mencionaron haber visto publicidad sobre sucedáneos de leche materna, en medios de comunicación, (principalmente Nestlé y Mead Johnson).
  • Los médicos y representantes de empresas son quienes en su mayoría entregaron muestras de sucedáneo.
  • Menos del 30% de los prestadores de servicios de salud habían tenido alguna capacitación sobre el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna y las medidas nacionales para cumplirlo.
  • Más del 90% de los envases analizados contenían declaraciones de propiedades nutritivas y/o saludables, invitación a comunicares con la empresa, a través del teléfono, página de internet o correo electrónico
  • 30% incluyen imágenes o texto que idealizan el uso de biberón o chupón en su empaque
  • Más del 90% de las etiquetas analizadas de fórmulas infantiles no cumplían con el CICSLM, que señala que las etiquetas de los productos deben “facilitar toda la información indispensable acerca del uso adecuado del producto y de modo que no induzcan a desistir de la lactancia natural” (ejemplo: uso de texto o imagen que idealiza el uso de sucedáneos de leche materna)
  • 10% de los productos no declaran la superioridad de lactancia materna como lo señala el CICSLM.

Este estudio demuestra de manera contundente el incumplimiento al CICSLM en textos, imágenes, mecanismos para activar las ventas; así como, con la búsqueda de contacto e interacción con madres y mujeres embarazadas a través de la televisión, páginas web y redes sociales, y concluye que existe evidencia fuerte sobre el impacto negativo que la promoción y comercialización inadecuada de sucedáneos ocasiona en las prácticas de lactancia materna.

Por cierto, desde 1981, los Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluyendo a México como país miembro, aprobaron el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna (o CICSLM). Un periodo de tiempo bastante amplio en el cual hemos observado el incumplimiento de este código y como ha impactado en el deterioro de la lactancia.

Con resultados como estos, ¿es ético o necesario que nuestras autoridades “reguladoras” celebren el comportamiento de estas empresas?, ¿Bajo qué lógica Cofepris y la propia Secretaría de Salud toman los resultados de un sistema autorregulatorio e ignoran los resultados publicados por el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva?

No cabe duda que las industrias continuarán interfiriendo en las políticas de salud, mientras nuestras autoridades sean laxas y permitan este tipo de prácticas cargadas de intereses comerciales.

Imagen 3: Tweet posteado por el Secretario de Salud, el Dr. José Narro Robles, celebrando con miembros de la industria de fórmulas artificiales, resultados de un marco autorregulatorio (este tipo de prácticas han sido desaconsejada por la OPS y la OMS)