• La industria del alcohol interfiere en las políticas regionales sobre la salud pública y el bienestar social.
  • La industria del alcohol aprovecha la pandemia de COVID-19 para aumentar sus ganancias.
  • En la región se consumen 6.5 litros de alcohol puro por año per cápita, convirtiéndola en la tercera región en el mundo.

Región de las Américas a 27 de agosto de 2020. En América Latina y el Caribe (ALyC), el consumo nocivo de alcohol es uno de los principales factores de riesgo de muerte y discapacidad, esto provocado por tácticas desplegadas por la industria del alcohol para interferir en las políticas públicas que regulan la publicidad y venta de alcohol, según revela un nuevo informe.

El informe “Actividades comerciales y políticas de la industria del alcohol en América Latina y el Caribe – Implicaciones para la salud públicafue publicado hoy por cuatro organizaciones de la sociedad civil que trabajan en el área de las enfermedades no transmisibles: NCD Alliance (NCDA), Global Alcohol Policy Alliance (GAPA), Healthy Latin America Coalition (CLAS) y Healthy Caribbean Coalition (HCC).

El informe describe cómo la industria del alcohol interfiere en las políticas regionales sobre la salud pública y el bienestar social, recurriendo a tácticas muy similares a las que utilizan otras industrias como la de alimentos ultraprocesdos, refrescos y tabaco, sin embargo, estas son más expuestas en la región de las américas. Esta publicación evidencia algunas tácticas y estrategias de la industria del alcohol para detener políticas públicas y comprometer la salud públicas de América Latina, un ejemplo de esto es cómo actualmente esta industria se aprovecha de la pandemia de COVID-19 para aumentar sus ganancias.

“Este informe muestra cómo la industria del alcohol trabaja para oponerse a políticas de control efectivas y se implica activamente en estrategias y prácticas que comprometen la salud pública en América Latina,” dijo Tom Baber de la Escuela de Medicina en la Universidad de Connecticut y uno de los autores del informe “También provee evidencia y análisis sobre cómo estas políticas de salud son debilitadas por intereses creados por la industria del alcohol, en especial durante los últimos meses frente a la pandemia del COVID-19 añadió”.

Al respecto Katie Dain, CEO de NCD Alliance dijo “Este informe hace sonar las alarmas: la industria del alcohol se está moviendo en un terreno fértil en América Latina y el Caribe”.

América Latina y el Caribe tienen tasas altas de consumo de alcohol, según datos recientes del Observatorio de la Salud Global de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la región se consumen 6.5 litros de alcohol puro por año per cápita, convirtiéndola en la tercera región en el mundo en cuanto a consumo, tras Europa con 10.1 litros y América del norte con 9.9 litros.

Sin embargo, algunos países en la región como Granada y Santa Lucía, presentan un consumo mayor con 9.5 y 10.6 litros respectivamente, según la OMS. El consumo total de adultos per cápita en América Central y del Sur ha aumentado durante los últimos 40 años. En Brasil, que se encuentra entre los mayores productores de cerveza del mundo, el consumo casi se ha triplicado desde la década de 1960.

Øystein Bakke, Secretario de GAPA señaló “Los productores internacionales de alcohol buscan los países de ingresos medios para impulsar sus ganancias futuras, apoyándose en gran medida en la publicidad y el marketing para facilitar su expansión en estos ‘mercados emergentes’”.

«Se requieren acciones urgentes en toda la región si queremos frenar el implacable avance de la industria del turismo como punto de entrada al consumo de alcohol en los pequeños estados insulares en desarrollo del Caribe”, dijo Sir Trevor Hassel, Presidente de HCC.

La industria del alcohol utiliza estrategias publicitarias para atraer a adolescentes y a otros grupos vulnerables. Para influir en los tomadores de decisión la industria de alcohol cabildea, crea alianzas, litiga en tribunales para contrarrestar las políticas saludables que pretenden reducir el consumo de alcohol. Las principales áreas en las que interfiere son: disponibilidad de alcohol, precios e impuestos del alcohol, regulaciones de marketing y contramedidas sobre la conducción bajo los efectos del alcohol.

“Casi todos los países de América Latina y el Caribe han estado expuestos a algunas de estas tácticas”, dijo Beatriz Champagne, Coordinadora de la Coalición Latinoamérica Saludable. “Lejos de ser un proveedor pasivo de productos alcohólicos, la industria participa activamente en la promoción de la demanda de alcohol con el fin de aumentar las ventas y las ganancias, particularmente en nuevos segmentos de mercado como mujeres y adultos jóvenes añadió.

Este informe provee fuerte evidencia sobre la influencia de grandes corporaciones transnacionales del alcohol en el entorno político, que se manifiesta a través de una red de productores importantes, organizaciones de representantes y grupos de interés afiliados.

“A falta de una mejor política sobre el alcohol, miles de muertes prematuras y millones de años de vida libre de discapacidades se han perdido como resultado directo de la influencia de la industria del alcohol en América Latina”, dijo Øystein Bakke, Secretario de GAPA.

“Las actividades de la industria del alcohol en la región están comprometiendo el trabajo de la comunidad de salud pública, la Organización Mundial de la Salud y las ONG que trabajan en el área de salud pública para hacer frente a la carga de morbilidad atribuible al alcohol,» sostuvo.

El informe también destaca cómo algunos de los principales actores de la industria del alcohol han aprovechado de manera proactiva la pandemia de COVID-19 bajo el disfraz de Responsabilidad Social Corporativa, citando la producción y donación de desinfectantes para manos a base de alcohol AB inBev y la provisión por parte de México Grupo Modelo y Cervepa de Paraguay de una plataforma de pedidos en línea gratuita para servicios de entrega a domicilio a más de 12,000 minoristas.

Las asociaciones con otras empresas transnacionales, especialmente la industria de alimentos ultraprocesados, se convirtieron en un lugar común durante la pandemia. Un ejemplo fue el “Movimento nós” (Movement us) que unió a ocho corporaciones (incluidas Ambev, Heineken, Coca-Cola y Pepsico) para ayudar a 300.000 pequeñas tiendas minoristas en Brasil durante la pandemia, incluidas las condiciones de pago facilitadoras y la prestación de servicios económicos y de información relacionados con COVID-19.

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